miércoles, 29 de marzo de 2017

De Veganos va mi vuelta

Pues mira tú por donde que hoy he recibido un comentario en este blog, un comentario a un post que hice en 2012 y mira tú por donde que me ha apetecido escribir un poco.

Ayer leí una noticia sobre una madre que, cuando fue a darle el biberón a su bebé, en un restaurante vegano, fue invitada a irse porque en ese restaurante no se podía consumir alimentos de origen animal.

¿En serio? No paro de escuchar a veganos decir que es una putada quedar para comer con gente no vegana porque vas a sitios en los que tienes que hacer malabarismos con la carta para comer, gente que habla de amor y respeto a los seres vivos, gente que, en su mayoría, no nacieron veganos, gente que son gente, que son seres vivos que conviven con otros seres vivos humanos o no humanos.

Por favor, un poco de cordura.

Somos capaces de ir por la calle, ver a un tipo que está castigando a su perro porque se portó mal y ponemos el grito en el cielo y somos los mismos que ponemos el grito en el cielo porque una madre alimento a su hijo en un bar vegano con un biberón de leche de vaca.

¿Pero esto qué es? Seamos inteligentes, ¿no somos capaces de darnos cuenta que cuanta más gente haya consumiendo productos veganos más productos habrá y más barato saldrá?

Es que se me ocurren mil razones para no sentirme identificado con solemne estupidez.

Yo soy vegano y me encantaría invitar a un restaurante vegano a la madrina de mi hija con su pareja, pero si cuando saca su biberón de leche de vaca para su bebé el dueño del bar le dice algo les aseguro que en ese sitio no me vuelven a ver.

Exigimos tolerancia y pagamos con intolerancia, no me jodas!!!!

Y no me vengan con la historia de que el restaurante tiene sus normas.... La señora no sacó de su bolso un tupper con un chuletón de cerdo, ella estaba comiendo lo que había en la carta vegana, sólo quería darle un biberón a su bebé.

Ese bebé crecerá y algún día su madre le contará esta historia, esa persona pensará que los veganos somos unos putos intolerantes radicales y no le faltará razón.

Estas actitudes no ayuda NADA a los animales.

Quizás esto no viene muy a cuento o quizás si, pero me apetece ponerlo y, como es mi blog, lo pongo jaja. Anoche salí con unos amigos que hacía tiempo que no veía, siempre se están metiendo conmigo de esa manera tan especial que hace la gente que te quiere, ninguno es vegano, fuimos a tapear algo y, sin yo decir nada, pidieron platos veganos en un sitio no vegano.